EL DEPORTE CONTRA TODO
noviembre 3, 2014Con la vuelta al motor V6 Turbo de la próxima temporada de Fórmula 1, los más nostálgicos no podemos dejar de recordar la década de los antiguos motores turboalimentados de finales de los 80. El cambio respecto a los V6 que se estrenaran en 2014, será muy grande, pero poco tienen que ver con los de la época de Senna y Prost. Las nuevas tecnologías los hacen más fiables, menos consumo de combustible y aprovechar mejor las inercias para el componente del ERS.
Si mirásemos dos décadas atrás en el tiempo, seguro que veríamos como la magnitud y expansión del “Gran Circo”, como se conoce al mayor negocio de Bernie Ecclestone, ha traspasado los límites que incluso su propio dueño esperaba. Dicha repercusión ha conseguido que la Fórmula 1 sea cada vez más, ahora sí, un autentico circo. Cada temporada terminada se sacan conclusiones, se cambian y aprueban leyes para que la actuación de la pista central tenga el mayor número de protagonistas.
Cada vez son más los intereses y el dinero que hay en juego, un dinero que es lo único que realmente parece importarle a Ecclestone. Se está perdiendo la ética de este maravilloso deporte, siempre ha habido política dentro de la F1, pero la suma del dinero recaudado por pasear la F1 por todo el mundo es una trampa. Podemos estar perdiendo unas bonitas luchas entre los mejores pilotos de la parrilla, simplemente por coaccionar al proveedor de neumáticos o tomar decisiones contra un equipo del que te echaron a patadas, se puede romper esa magia tan especial de la Fórmula 1. La manipulación esta a la orden del día y las consecuencias pueden ser nefastas.
No es que esté en contra de las nuevas tecnologías, al contrario, todo lo que sea ganar en seguridad y espectáculo bienvenido sea. Los aficionados que han podido vivir décadas pasadas con los que a menudo hablo, lo entienden mejor, se está perdiendo el espíritu del automovilismo que había por el paddock.
Muchas y polémicas son las nuevas normas para esta temporada, puede que salga bien y se rompa la hegemonía de Red Bull, que es lo que el aficionado quiere, pero poco importa lo que quiera el que realmente disfruta cada domingo de Gran Premio.